LA FIESTA DE LOS TOROS ES POLÍTICA: Debe defenderse de la izquierda indefinida y fundamentalista.

 En este relato queremos refutar a lo políticamente correcto, al buenísimo, al guante blanco con el marxismo cultural, con el animalismo, con el ecologismo, con el indigenismo y con otros “ismos” impuestos desde la izquierda y el buenísimo pacato de los aficionados al arte del toreo.


Novillada de la Esperanza:
Asociación de Toreros Profesionales del Ecuador
Complejo de Cooperativa Mushuc Runa


Señores, la agenda globalista va contra la fiesta y contra todo lo que representan los valores tradicionales. Amén de la familia, la libertad y la propiedad. 

Empecemos por entender la razón por la cual el gobierno de Rafael Correa en Ecuador se fue contra la fiesta los toros. El Correismo quiso meter mano a la justicia y amordazar a la prensa, pero ¿por qué Los Toros? Mezclo los tres temas como tallarines en un referéndum, en una consulta popular el 7 de Mayo de 2011.

Su objetivo fue ganarse los votos de la nueva izquierda que incluye a la ideología de género, al feminismo y al aborto. Ya había empezado con la paridad de género y luego se vio que militantes transexuales engrosaron sus filas. Un cambio importante ya que pocos años antes, en la Asamblea Constituyente del año 2008 sus diputados fueron en defensa de la vida desde la Concepción y negaron los pedidos por la abolición de la fiesta de los toros. Parte importante de este target político  era el colectivo Diabluma de izquierda fundamentalista que además constituía su fuerza de choque callejera junto con la banda criminal de los Latin Kings. En ese momento no lo entendimos pero ahora está más claro que el agua. La lucha de clases de la izquierda definida dentro del Estado devino ahora en revolución cultural para terminar con la familia y los valores tradicionales.

La fiesta de los toros se caracteriza por valores como el pundonor, la estética y la inteligencia del hombre sobre el animal, además de la libertad y la ética consustanciales a los espectáculos taurinos. Esto es importante de entender. El hombre como tal tiene discernimiento, tiene libertad de elegir entre lo bueno y lo malo. Le puede o no gustar el espectáculo taurino y puede ir o no ir a una corrida de toros. 

Es precisamente porque la tauromaquia no es de ricos ni es de pobres, que disgusta a la nueva izquierda, quiere la confrontación, la izquierda que da derechos a la naturaleza y a los animales que no tienen discernimiento, que actúan por instinto, algo que raya en el campo de lo absurdo pero que fue en su momento elevado a norma constitutional en el Ecuador.

Recuerdo la última vez que fui a la Plaza Belmonte de Quito antes de que la cierre el alcalde del Distrito Metropolitano, propietario de la misma. Los asistentes que la llenaban de bote en bote eran los quiteños de toda la vida, hombres y mujeres ya no niños porque de a poco iban prohibiendo más y más. La fiesta ya no era íntegra en Diciembre 2018. Le faltaba el último tercio, el fundamental, la muerte del toro de Lidia en la plaza. Por suerte la prohibición vino por distritos electorales y en otras provincias y otros municipios del país se sigue dando a la usanza española con los tres tercios. 

El público que asistía compartía valores y tradiciones de una cosmo-visión de un mundo que se rehusaba a desaparecer y que no quiere morir. No quiere perder  su música, su comida, su cultura. Quiere heredar esos valores a sus hijos y sus nietos. 

Porque sólo en la fiesta de los toros la gente se combina los bocadillos y discute en grupos tertulianos lo que pasa adentro y afuera del ruedo. Esto no pasa igual por ejemplo en el fútbol. El amor por su ciudad, por sentirse quiteños y por sentirse hispanoamericanos, efectivamente por compartir una fiesta y una liturgia por medio de este cordón umbilical con una tierra lejana que tiene piel de toro, España, la madre Patria. Una fiesta nacional, tan nacional como española a ambos lados del Atlántico.

Cartel empresa taurina
Magda Event en Riobamba 


Hubo una pausa en la pandemia, pero la fiesta de los toros y el arte del toreo en Ecuador siguen vivos. Los profesionales taurinos y los empresarios han puesto su grano de arena y estamos saliendo adelante. Tenemos infinidad de festejos mayores y menores que hacen resurgir a la fiesta como un Ave Fénix desde las cenizas; Gira de Reconstrucción, Certamen de Escuelas Taurinas, Feria del Aficionado Práctico, Corrida por el Bicentenario en Riobamba, Feria de Latacunga, Corridas y Novilladas de Magda-Event y otros festejos a lo largo y ancho del país. Con todas las limitaciones sanitarias y de aforo han salido adelante y la actividad sigue. 




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