REQUIEM POR FERNANDO BOTERO Y UN VIAJE A SEVILLA.
REQUIEM POR FERNANDO BOTERO Y UN VIAJE A SEVILLA En estos tiempos post-modernos, los hombres de torería, solera y los valores de pundonor, inteligencia y estética van desapareciendo. Se nos ha ido el gran Fernando Botero que con su pincel pintaba la fiesta de los toros y el arte del toreo. En su Medellín natal hace varios años que no hay toros, así como en Quito, Ciudad de México, Caracas, Barcelona y un largo etcértera de ciudades taurinas donde honbres deconstruidos vagan sin rumbo; sin buscar la verdad y la belleza que antaño conserbaba su añeja cultura en la que vieja España vivía, aunque adormilada en sus suburbios. En las calles empedradas, en los patios y en las farolas. Habían unos pocos que luchaban y dieron todo por la fiesta, aunque cada vez eran menos. Tal vez por ello marchó hacia Mónaco el gran Botero. Fue a vivir una cultura diferente por no ver morir la propia como nos ha pasado a muchos otros al desterrarnos del terruño que nos vio nacer. Entre sus distinciones